Después de estar convencidos de que Dios reina en el cielo y en la tierra, que tiene un plan para guiar al ser humano, para salvarle, guiarle y protegerle por su Palabra, ahora seguimos andando con Él a través de la Biblia. El Señor nos quiere hablar, pero muchos no escuchan su voz, otros no saben cómo es que Dios les habla y muchos sí escuchan su voz y desean escucharle más. Él nos dice que los que son sus ovejas oyen su voz, Él las conoce y le siguen (Juan 10:27). ¿Entonces cómo podemos tener una devoción estrecha con el Dios de los cielos?
Una y otra vez escuchamos que un cristiano debe hacer un devocional diario con la Palabra de Dios. Aunque la palabra devocional no aparece en la Biblia, la verdad de conocer, escuchar, vivir y andar con Dios, está presente en las experiencias de todos los hombres y mujeres de Dios que tenían una comunión estrecha con Él. La Biblia sí nos presenta una palabra para describir la forma en que sus hijos se acercaban a Él. Y esta realidad se encuentra en el Salmo 51:6 “He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría.” Allí, David en su oración de confesión de pecado, buscando reconciliación con su Dios, nos presenta la voluntad de Dios, y cuál era su costumbre: estar en el secreto del Señor. La palabra “secreto” (H5640) nos describe un escondite, una parada. Dios está en el cielo, pero se comunica al corazón de sus hijos por el Espíritu Santo que nos comunica su voluntad, su consejo, su sabiduría y sus pensamientos a través de Su Palabra.
Es como si Dios hiciera una cita para compartir con sus hijos que ha escogido y salvado para encontrarse con ellos y hablarles en ese lugar, en ese momento, en ese secreto. Cuando te empezaste a enamorar, ¿no estabas deseoso de estar con esa persona, hablar con ella, aprovechar cada momento que tuvieras y aún en poco tiempo, esos momentitos, esa cita, era el tesoro más grande que podías tener? Dios quiere que anheles estar con Él, que busques Su rostro. Por esto, demandaba el Señor a través del profeta Jeremías a los que hablaban palabras vanas y de su propio corazón de esta manera: “Porque ¿quién estuvo en el secreto de Jehová, y vio, y oyó su palabra? ¿Quién estuvo atento a su palabra, y la oyó?” (Jer 23:18). Se suponía que los profetas debían buscar el rostro de Dios en secreto y escuchar su voz, y estos, al descuidar este tiempo con Dios, estaban extraviados de su voluntad.
Así que estos hombres de Dios entendieron que debían buscar a Dios por su Palabra de una manera especial, individual, secreta. Todos los reyes en el Antiguo Testamento tenían las crónicas que debían leer para recordar las historias pasadas y aprender a gobernar, pero también debían leer y enseñar la ley de Dios para liderar con sabiduría y no apartarse de la voluntad de Dios. Muchos reyes buscaron a Dios por su Palabra y otros dejaron a Dios y a Su palabra. Josafat en 2 Crón 17:9 nos muestra su buen ejemplo de buscar a Jehová él mismo y también recorrer toda la tierra de Judá enseñando la Palabra.
Dios quiere hablarte, enseñarte, guiarte y revelarte su voluntad con la Biblia en su secreto. Por esto es necesario hacer nuestro devocional diario en primer lugar, diciendo al Señor tu eres lo primero en mi vida, necesito primero tu sabiduría, quiero conocerte primero a ti. Para una vida de victoria, una buena amistad, matrimonio, familia y hasta ministerio, todo empieza con una buena relación individual con Dios. La enseñanza de tu iglesia es muy importante, pero su plan completo incluye desear, buscar y amar al Señor tú mismo, a solas con Él.
No descuides tu relación con Dios, gózate de su salvación, y anda con él, primero escuchando su voz con urgencia para que puedas conocer más su poder y gloria.