"Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto." 

Isaías 9:6-7 

¡Qué fiel es nuestro Dios que cumple sus promesas! Desde el principio, había prometido y revelado progresivamente que venía su Mesías, Ungido, para redimir la humanidad. 

El pueblo de Israel iba recibiendo la Palabra de Dios para hacer su voluntad, pero en este momento de la historia, sufrían las consecuencias de su desobediencia y desconfianza en Dios, experimentando invasión del imperio Asirio.

Dentro del sufrimiento, la oscuridad y la desesperación, se anunciaba que venía una luz y esperanza para el pueblo de Dios. Este anuncio es del Mesías, que venía a cambiar la historia. 

Isaías, el profeta más mencionado por el mismo Señor Jesús, que contiene profecías de todos los aspectos de su vida, nos empieza diciendo que un niño venía. Sabemos que se refiere a Jesús, cuando por milagro del Espíritu Santo, nació de la virgen María. No era cualquier niño, sino el único que de una manera increíble tenía la naturaleza perfecta de Dios, y también la humana, cumpliendo la Palabra como descendiente de la mujer para salvar a todos los eres humanos. 

Este niño tenía el principado sobre su hombro, mostrando una vez más su autoridad suprema, especial y divina para traer su reino, por encima de todos los imperios de la tierra, el reino perfecto que no solo podía ser parte su pueblo Israel, sino todo aquel que cree en Él.

Isaías también nos da una descripción de las cualidades de este niño: su nombre Admirable: que nos habla de su exaltación, su nombre y su distinción de los demás, Consejero: como planificador, fuente de toda sabiduría, Dios Fuerte: confirmando que Jesús es Dios, El héroe de la humanidad que derrotaría sus enemigos, Padre Eterno: otra cualidad de Dios enfocando su fidelidad y permanencia de su reinado, Príncipe de paz: mostrando el propósito de su obra, pues vendría a traer paz para con Dios por medio de la fe, como el Único mediador entre Dios y los hombres.

El Mesías iba a ser la esperanza de luz, en la oscuridad, libertad en la esclavitud, poder en la impotencia y paz en medio de la batalla. Ese niño que creció es Jesús, y siendo hombre venía a salvar a todos los seres humanos, y siendo Dios, cumplió todas las profecías sobre el Mesías algo que era humanamente imposible.

¿Por qué no pones tu fe en Jesús el Mesías? quien ya terminó la obra en la cruz en tu lugar para darnos por gracia la vida eterna, y puedas experimentar todas las cualidades que profetizó Isaías sobre Él. La Navidad es el nacimiento de este niño, Dios hecho hombre como esperanza de la humanidad.

 psArielsign