Salmo 112:7 No tendrá temor de malas noticias; Su corazón está firme, confiado en Jehová.

¿Has recibido malas noticias? Claro..todo el mundo. Sea grande, sea pequeña, sea personal o por otras personas, todos escuchamos y experimentamos cosas que nos estristecen, nos turban, nos derrumban nuestro corazón

(porque así se siente literalmente en el pecho, el cuerpo y el corazón). Puede que aun ahora estés llorando, con una terrible noticia que has recibido. La realidad de recibir malas noticias es un hecho humano. Aunque recuerda que Dios no creó al hombre con problemas sino que por su desobediencia a Dios, llamada pecado, hemos heredado esta naturaleza imperfecta, decadente y perversa que nos trae problemas y lleva problemas a otros. Hay una realidad humana cuando nos asustamos por una noticia o peligro, el cuerpo que Dios mismo ha creado, tiene estímulos, reacciones y reflejos que son normales; aun el cristiano va a subir su ritmo cardíaco, le temblarán las rodillas o llorará en alguna situación, pero qué bueno ver que hay una persona y circunstancia que puede poner freno o sociego en una fuerte experiencia. Esta persona es uno que teme a Jehová, según el principio de este capítulo Bíblico. Es uno que ha temido escuchar la voz de Dios y ha entendido y temido su plan de juicio y también de perdón. Es uno que toma en serio la Biblia y por tanto la obra de Jesucristo en la cruz, quien Dios el Padre ha enviado. Este justo, entonces sigue temiendo la voz de Dios para obedecerle, para no ofenderle, para agradarle primero que cualquier otra cosa y entonces puede experimentar esta circunstancia especial en medio de los problemas: "un corazón firme y confiado en Jehová." El consuelo encontrado en medio de malas noticias no ha sido por una mente positiva, sino una esperanza provocada por el Espíritu Santo de Dios que tienen sus hijos y su poder que acompaña a los que le temen. Su cuerpo puede debilitarse como gelatina, pero su corazón está acostumbrado a buscar, escuchar y depender de la gracia de Dios, por encima de las lágrimas y el dolor, derrama su corazón a Aquel en que siempre confía para encontrar su paz en el camino amargo. A pesar de la reacción humana, Dios habla a su siervo que acostumbra a escucharle para darle su consuelo y su basta gracia para ese momento; más que ver el periódico para una noticia humana, se sumerge en la Palabra de su Dios para obtener la noticia divina que filtra las aguas amargas del dolor. Él ha confiado en un Dios que salva, que consuela, que responde, que tiene todo control y poder. Él sabe que ha puesto su esperanza en el que tiene misericordia, bondad, amor y victoria para restaurarle. Por eso, cuando vienen malas noticias, su corazón sigue confiando en Jehová, así el corazón que se ha tambaleado, impactado y herido, encuentra soporte, firmeza y sanidad.

Cuando vienen malas noticias, habla, busca y escucha a Jehová, tu refugio seguro para que tu corazón halle consuelo, sosiego y esperanza en medio de la tormenta. Deja al cuerpo reaccionar y lleva tu corazón a Dios, muy pronto toda tu vida se estabilizará por Su Palabra!