Diariamente te relacionas con familiares, amigos, compañeros, conocidos, vecinos, un grupo de personas o alguien con quien hablas y compartes (al menos que estés pasando por un problema en el área comunicacional, pero todavía hay esperanza de arreglarlo). Comunión es más que una relación. Una relación de amistad, de matrimonio, de trabajo, de compañerismo, puede ser buena o mala. La comunión con Dios es tener una buena relación con El. La practica una persona que se ha acordado de su Creador y ha atendido a las Palabras de Dios. Cuando aceptamos a Jesucristo como Señor y Salvador Él nos hace sus hijos para que nos comuniquemos con Él.
En el Antiguo Testamento la palabra original para “comunión” nos da la idea de un secreto, de un consejo; en el Nuevo Testamento es la Palabra “koinonía” que es compartir, comunicar y asociarse. Así que desde este plan y promesa de Dios en el Salmo 25:14 “La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, Y a ellos hará conocer su pacto” y también en 1 Corintios 1:9 “Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor” podemos observar y aprender uno de los propósitos de la salvación de Dios con el ser humano. Dios nos ha mostrado su amor, que aun siendo pecadores, mandó a su Hijo por nosotros para librarnos de la separación eterna y quiere que estemos en su presencia por siempre. Un hermano en Cristo, con muchos años de vida y en el Señor quien ya partió a estar en el cielo, siempre repetía estas palabras: “en comunión con Dios”, y tenía razón! Es una promesa de que pronto Él nos llevará a su lugar, como ha prometido, pero Él quiere que andemos, vivamos, hablemos y le amemos desde esta tierra.
Volviendo atrás, Dios quiere que estés en su secreto, un lugar privado con Él, que le escuches con la Biblia y que le hables en oración. Pablo nos recordó que el Padre nos salvó para una comunión con su Hijo! ¡Nos es grandioso que el Dios Santo y Perfecto, haya diseñado retomar esa relación de amistad, de padre e hijo con el ser humano, que perdió ese privilegio cuando el primer hombre pecó y así pasó a todos los hombres! Eso es lo que es la salvación, que si crees en Jesús, Él quita ese pecado de ti que evita que el Dios Santo te acepte, te escuche y te guíe. Si eres nuevo creyente en Cristo Jesús, tu peregrinar acaba de empezar! Ahora puedes y debes vivir para andar con Dios como hizo Enoc. No dejes que las rutinas, personas, pecados e influencias mundanales entorpezcan tu relación con tu Salvador. Si tienes tiempo en el Evangelio, enfócate cristiano! ¿cuándo fue la última vez que hablaste con Dios?¿Y qué tipo de comunicación tuviste? Él conoce el corazón y toda nuestra vida y nos ha salvado para que nos acerquemos a Él. Es también un hecho que un cristiano que está cerca, andando en el secreto de Dios está mostrando la luz de Cristo. Se notará si estás cerca o lejos de Dios, si estás en comunión o eres como un extraño al hablarle y escucharle. La buena noticia después de saber que por Jesucristo puedes tener comunión con Dios, es que hoy, aun si esta relación no está bien, puedes por el mismo Jesús, pedir perdón por tus pecados y buscar más su rostro de hoy en adelante.
Dios está esperando que aceptes a su Hijo Jesús como el Salvador de tus pecados, para salvarte, hacerte su hijo y para gozarse contigo guiándote, moldeándote, amándote y protegiéndote con su Palabra. Luego de esto, el Señor quiere que hablemos constantemente con Él para ser librados, fortalecidos, consolados e iluminados en hacer su voluntad, y para decirle que gozamos de su salvación, de su bondad, de su carácter y amor hacia nosotros. Él quiere una comunión contigo, qué esperas para arreglar tu relación con Él?