Una costumbre es una práctica que forma parte de nuestra vida cotidiana. ¿Qué costumbres tienes tú? beber café en la mañana, alimentar tus mascotas, leer el periódico, compartir con tus amigos. Pueden ser un conjunto de detalles pequeños que repites una y otra vez, cada día, en la casa, para ir al trabajo, universidad o escuela.
Quiero animarte a considerar una costumbre que tenía Daniel en Babilonia. Dice la Biblia en Daniel 6:10: “Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes.”
Si nos detenemos a meditar en ese versículo, podemos aprender muchas cosas de Daniel, pero quiero enfatizarte algunas buenas costumbres:
- Buscaba a Dios en los conflictos. No era la primera vez que Daniel se en encontraba en un problema. Desde que “supo” sobre el edicto, se fue a buscar el refugio donde siempre se albergaba, su Dios. David también decía en el Salmo 18:1-2 que amaba al Señor porque era su alto refugio. Adónde querían, debían y acostumbraban a correr, era al abrigo del Altísimo.
- Recordaba quién era y a quién pertenecía. Él oraba hasta con dirección, lo hacía apuntando hacia Jerusalén. Esto mostraba que aun en tierra enemiga, con persecución, presión y menosprecio a sus creencias, Daniel recordaba que era de Israel, y de los hijos del Dios Verdadero. Estaba dispuesto, cómo mostró desde el principio, a ser fiel a sus convicciones para agradar y obedecer a Dios.
- Oraba 3 veces al día. ¡Que maravillosa práctica! Algo que un cristiano entiende bien, pero a veces se queda insuficiente, es orar. Es hablar con Dios, para adorarle, agradecerle, pedirle, interceder, confesar y depende de Él. Había 3 momentos especiales de Daniel, que según vemos, ya era parte de su rutina. ¡Cuántas veces queremos ir rápido en el tiempo para hacer las cosas con diligencia, pero no sacamos tiempo para clamar a quien nos da el poder o no, para hacerla! Esta oración incluía dar gracias, ¡aún en momentos difíciles! porque esto muestra un corazón humillado, sabiendo que no merece nada y que vive en total dependencia de Dios.
Esta buena costumbre, hasta fue testimonio a las demás personas y enemigos, porque después nos dice que hallaron a Daniel en presencia de su Dios. Definitivamente no era solo una costumbre, sino la mejor.
¡No quieres tener esa buena costumbre!
Preguntas de Reflexión:
- ¿Tengo un momento diario donde hablo con mi Señor para todos los propósitos mencionados?
- ¿Estoy madurando espiritualmente en ir al Señor, frenar mis emociones y actuar bíblicamente?
- ¿Estoy orando para mantenerme firme a mis convicciones en el Señor, en un mundo contrario?
- ¿Estoy adquiriendo costumbres piadosas como mi devocional, ir a la iglesia, memorizar versículos, compartir algo espiritual, evangelizar a otros?
- ¿Considerarías la costumbre de Daniel para tu vida?
Pastor Ariel Alfonso