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He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra. Juan 17:6

En la unidad perfecta del Dios Trino, aprendemos también las funciones perfectas. Dios el Padre quien ha iniciado, planificado y enviado su Hijo para salvación, entregó a su Hijo por el puro afecto de su voluntad (Efesios 1:5). Él obra la salvación en el corazón del hombre a través de su Hijo Jesús.

En la oración crucial, el Hijo habla con el Padre sobre la culminación de su propósito aquí en la tierra: dice que ha manifestado su nombre. “Manifestar” significa hacer visible o conocido lo que era desconocido, por palabras, hechos y otras maneras. Jesús hacía conocer al Padre, por eso le contestó a Felipe en su pregunta: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14:9), confirmando la deidad plena de Jesús como Dios. Cuando Jesús vino a esta tierra reveló la imagen del Dios invisible (Col. 1:15), esto, en todo sentido, con todos sus atributos.

Los discípulos de Jesús guardan su Palabra

El Señor guió a sus discípulos concedidos del Padre. En las funciones del Dios trino, vemos al Padre como el planificador y la una confirmación divina de toda la autoridad de Jesús como Dios sobre sus discípulos. La unidad perfecta se manifiesta entre el Hijo y el Padre con el plan de redención a los seres humanos.

Jesús confirma que estos hombres pudieron guardar su palabra. Esto es una evidencia de que conocieron al Mesías como el Salvador para ser hijos de Dios que pueden oír y practicar la Palabra de Dios en sus vidas y al mismo tiempo, muestra la característica que debe tener todo aquel que dice ser un discípulo de Jesucristo.

¡Gloria sea a Jesús quien mostró ser Dios encarnado! Él mostró plenamente los atributos mutuos con el Padre y manifestó toda su gloria, poder, plan y propósito en esta tierra para cumplir la misión de la cruz y resurrección para nuestra salvación.

Esto nos debe motivar a mostrar a Cristo en nuestras vidas también. Saber que estamos en esta tierra y él nos ha salvado para mostrar su poder, fruto, amor, y plan como iglesia. La Biblia dice que Dios nos quiere usar como instrumentos, como embajadores, como si rogara a través de nosotros (2 Cor 5:20). Cuando estás en el trabajo, escuela, con la familia, recuerda que tu propósito principal como cristiano debe ser mostrar a Dios en todo. Si te acercas a la luz de Jesús, lo reflejarás en tu vida.